sábado, 21 de diciembre de 2024

Un cabelo de anjo

Un cabelo de anjo
pendurado do ceo,
se non é a espada de Damocles,
é adival para o espírito,
xímio equilibrista,
que, nel agarrado,
pode arrandear sobre a terra
e crer que é a araña dun fio
tirado do seu próprio miolo,
cordón umbilical que o vencella
ao seu niño que está no azul.
Mais non sabemos
qué é o norte, qué é o sul,
o cenit e o nadir,
a vida e a morte,
a terra e o ceo,
cál é o metro que leva ao paraíso
e qué aeronave nos conduz ao inferno.

Ricardo Carballo Calero: Poemas pendurados dun cabelo (1952)

Versións:

Asociación cultural Os Liantes: Un cabelo de anxo; Musicando Carvalho Calero* (VVAA); 2020; Pista 20



*[Concurso musical organizado pola AGAL (Associaçom Galega da Língua) en colaboración coa CRTVG e a Consellería de Cultura da Xunta de Galicia, para conmemorar o ano das Letras Galegas 2020, adicado a Ricardo Carballo Calero.]

miércoles, 18 de diciembre de 2024

Las pruebas de la suerte

Las pruebas de la suerte
el viento el viento el viento
de salitre y de fuego
desde que abrí los ojos
el corazón la guerra
la pared de la casa
la calle
aquellos ojos
que mis ojos no vieron
los fantasmas los miedos
la población secreta
que nos mueve de adentro
los caballos sin freno
por la sangre corriendo
la barajita de oro
que de noche cambiábamos
la colcha con los cuadros
las fotos en la sala
las fechas los motivos
de la flor que quemaban
la noche aquel camino
los montones de blanco
la tela que movían las manos acabadas
qué pruebas
qué feroces maniobras
de la suerte.

Nancy Bacelo: Pasaje de la razón al sueño. Las pruebas de la suerte (1969)

Versións:

Nancy Bacelo: Las pruebas de la suerte*; Cantares y otros poemas; 1978; Cara B, Corte 1



*[O recitativo deste poema, na voz de Nancy Bacelo, está seguido polo recitativo dos poemas Despegados los ojos, Ahora que suena, Sabés qué miedo e Cuando jurada y hecha la misma, todos eles da obra de Nancy Bacelo: Las pruebas de la suerte (1969).]

lunes, 2 de diciembre de 2024

Umbrío por la pena, casi bruno

Umbrío por la pena, casi bruno,
porque la pena tizna cuando estalla,
donde yo no me hallo no se halla
hombre más apenado que ninguno.

Sobre la pena duermo solo y uno,
pena es mi paz y pena mi batalla,
perro que ni me deja ni se calla,
siempre a su dueño fiel, pero importuno.

Cardos y penas llevo por corona,
cardos y penas siembran sus leopardos
y no me dejan bueno hueso alguno.

No podrá con la pena mi persona
rodeada de penas y de cardos:
¡cuánto penar para morirse uno!

Miguel Hernández: El rayo que no cesa (1936)

Versións:

Joan Manuel Serrat: Umbrío por la pena; Miguel Hernández; 1972; Cara A, Corte 5




Vicente Monera: Tengo estos huesos hechos a las penas / Umbrío por la pena*; www.musicaypoemas.com**; 2009;



*[A versión musical de Vicente Monera está precedida polo poema Tengo estos huesos hechos a las penas, da obra de Miguel HernándezEl rayo que no cesa do ano 1936.]
**[Vicente Monera eliminou da súa canle de Youtube todos os videos que contiñan as súas versións musicais de poemas. Estes videos orixinalmente aloxados na web www.musicaypoemas.com, tampouco se poden visualizar, compartir e/ou descargar nela, xa que a páxina está pechada e non aparece nos buscadores de internet. Para encher este valeiro engadimos un audio .mp3 coa versión musical deste poema, realizada por este intérprete e publicada na rede no ano 2009.]

domingo, 24 de noviembre de 2024

La palliri

Qué trabajo más simple que tiene la palliri.
Sentada sobre el cáliz de su propia pollera,
elige con los ojos unos trozos de roca
que despedaza a golpes de martillo en la tierra.

(Un silencio nocturno le trepa por las trenzas
y oscurece la arcilla de sus manos morenas).

Qué inútil que sería decir que en sus miradas
hay un pozo de sombra y otro pozo de ausencia;
que pudo ser pastora de las nubes
y se quedó en minera,
que pudo hilar sus sueños por las cumbres
viendo bailar la rueca.

La palliri no canta
ni tampoco hila sueños.
La mirada en la tierra
y en la cabeza el cielo
de mañana y de tarde
busca sólo el silencio,
y cuando está a su lado
lo quiebra contra el suelo.

Y no sabe que a ratos, entre sus brazos recios,
se duerme el martillo como un niño de hierro.

Manuel José Castilla: Copajira (1949)

Versións:

Manuel José Castilla: La palliri; Por él mismo. Su voz y sus poemas; 1968; Lado 1, Corte 3

jueves, 21 de noviembre de 2024

Último viaje

Amarás cada cosa que antes no advertías
porque todas las cosas, entonces, abundaban
con una casi mole de pesada frecuencia
y una muy rutinaria presencia cotidiana.

Has hecho tu valija con malhumor y urgencia
desdeñando unos viejos y cansados zapatos
pensando en esas épicas grandezas del camino:
los países, los puertos, las gentes, las cien leguas
que pisarás, ausente aún de toda ausencia.
sin oír ni de lejos lo que quedó esperando.

Te vas y no supones otra cosa que mares
o la insolencia súbita que asume la distancia
y te abruman las húmedas bocas de los adioses.
los demorosos trámites que te ahogan las ganas.

Pasará mucho tiempo por detrás de tus ojos,
por tu asombro y tu ropa, por tu piel y
      tus manos,
hasta que un día, lejos, al desdoblar de prisa
la última camisa
que otras manos solícitas, hace tiempo,
      doblaron;
ya verdadero ausente —y muy súbitamente—
caído a la nostalgia, te vestirás llorando.

                                    México, D.F., 1979

Armando Tejada Gómez: Historia de tu ausencia (1985)

Versións:

Armando Tejada Gómez: Último viaje; Historia de tu ausencia; 1986; Lado 2, Corte 5



*[Por razóns de espazo en blogger, nunha entrada anterior etiquetouse a Armando Tejada Gómez, intérprete, como Tejada; respectamos a etiqueta actual para evitar duplicidades.]

sábado, 16 de noviembre de 2024

Intimidad

Soñamos juntos
juntos despertamos
el tiempo hace o deshace
mientras tanto

no le importan tu sueño
ni mi sueño
somos torpes
o demasiado cautos

pensamos que no cae
esa gaviota
creemos que es eterno
este conjuro
que la batalla es nuestra
o de ninguno

juntos vivimos
sucumbimos juntos

pero esa destrucción
es una broma
un detalle una ráfaga
un vestigio
un abrirse y cerrarse
el paraíso

ya nuestra intimidad
es tan inmensa
que la muerte la esconde
en su vacío

quiero que me relates
el duelo que te callas
por mi parte te ofrezco
mi última confianza

estás sola
estoy solo
pero a veces
puede la soledad
ser
      una llama

Mario Benedetti: Canciones de amor y desamor. Poemas de otros (1974)

Versións:

Estela Castro: Intimidad; Poemas de Mario Benedetti; 1989; Lado 1, Corte 2




Estela Castro: Intimidad; Poemas de Mario Benedetti; 2010; Pista 2

(Reedición da versión do disco Poemas de Mario Benedetti, do ano 1989.)

lunes, 11 de noviembre de 2024

Üa moça namorada

Üa moça namorada
dizia um cantar d'amor,
e diss'ela: "Nostro Senhor,
hoj'eu foss'aventurada
          que oíss'o meu amigo
          com'eu este cantar digo".

A moça bem parecía
e em sa voz manselía
cantou e diss'a menía:
"Prouguess'a Santa Maria
          que oíss'o meu amigo
          com'eu este cantar digo".

Cantava mui de coraçom
e mui fremosa estava,
e disse, quando cantava:
"Peç'eu a Deus por pediçom
          que oíss'o meu amigo
          com'eu este cantar digo".

Lourenço: Cantigas de amor e amigo (S. XII-XIII)

Versiones:

Amancio Prada: Unha moça namorada; LeliaDoura; 1977; Pista 5

miércoles, 6 de noviembre de 2024

Hay un día feliz

A recorrer me dediqué esta tarde
Las solitarias calles de mi aldea
Acompañado por el buen crepúsculo
Que es el único amigo que me queda.
Todo está como entonces, el otoño
Y su difusa lámpara de niebla,
Sólo que el tiempo lo ha invadido todo
Con su pálido manto de tristeza.
Nunca pensé, creédmelo, un instante
Volver a ver esta querida tierra,
Pero ahora que he vuelto no comprendo
Cómo pude alejarme de su puerta.
Nada ha cambiado, ni sus casas blancas
Ni sus viejos portones de madera.
Todo está en su lugar; las golondrinas
En la torre más alta de la iglesia;
El caracol en el jardín; y el musgo
En las húmedas manos de Ias piedras.
No se puede dudar, este es el reino
Del cielo azul y de las hojas secas
En donde todo y cada cosa tiene
Su singular y plácida leyenda:
Hasta en la propia sombra reconozco
La mirada celeste de mi abuela.
Estos fueron los hechos memorables
Que presenció mi juventud primera,
El correo en la esquina de la plaza
Y la humedad en las murallas viejas.
¡Buena cosa, Dios mío! nunca sabe
Uno apreciar la dicha verdadera,
Cuando la imaginamos más lejana
Es justamente cuando está más cerca.
Ay de mí, ¡ay de mí! algo me dice
Que la vida no es más que una quimera;
Una ilusión, un sueño sin orillas,
Una pequeña nube pasajera.
Vamos por partes, no sé bien qué digo
La emoción se me sube a la cabeza.
Como ya era la hora del silencio
Cuando emprendí mi singular empresa.
Una tras otra, en oleaje mudo,
AI establo volvían las ovejas.
Las saludé personalmente a todas
y cuando estuve frente a la arboleda
Que alimenta el oído del viajero
Con su inefable música secreta
Recordé el mar y enumeré las hojas
En homenaje a mis hermanas muertas.
Perfectamente bien. Seguí mi viaje
Como quien de la vida nada espera.
Pasé frente a la rueda del molino,
Me detuve delante de una tienda:
El olor del café siempre es el mismo,
Siempre la misma luna en mi cabeza;
Entre el río de entonces y el de ahora
No distingo ninguna diferencia.
Lo reconozco bien, este es el árbol
Que mi padre plantó frente a la puerta
(Ilustre padre que en sus buenos tiempos
Fuera mejor que una ventana abierta).
Yo me atrevo a afirmar que su conducta
Era un trasunto fiel de la Edad Media
Cuando el perro dormía dulcemente
Bajo el ángulo recto de una estrella.
A estas alturas siento que me envuelve
El delicado olor de las violetas
Que mi amorosa madre cultivaba
Para curar la tos y la tristeza.
Cuánto tiempo ha pasado desde entonces
No podría decirlo con certeza:
Todo está igual, seguramente,
El vino y el ruiseñor encima de la mesa,
Mis hermanos menores a esta hora
Deben venir de vuelta de la escuela:
¡Sólo que el tiempo lo ha borrado todo
Como una blanca tempestad de arena!

Nicanor Parra: Poemas y antipoemas (1954)

Versións:

Nicanor Parra: Hay un día feliz; Poemas y antipoemas; 1965; Cara A, Corte 1

viernes, 1 de noviembre de 2024

Üa donzela coitado

Üa donzela coitado
d'amor por si me faz andar;
e em sas feituras falar
quero eu, come namorado:
rostr'agud'há come forom,
barva no queix'e no granhom
e o ventre grand'e inchado.

Sobrancelhas mesturadas,
grandes e mui cabeludas,
sobre'los olhos merjudas;
e as tetas pendoradas
e mui grandes, per boa fé:
há um palm'e meio no pé
e no cós três polegadas.

A testa tem [en]rugada
e os olhos encovados,
dentes pintos come dados
e a boca de passada.
Atal a fez Nostro Senhor:
mui sem doit'e sem sabor,
des i mui tabr'e forçada.

Deve-m'a [...]

Pero Viviães: Cantigas de escarnio e maldizer (XIII)

Versións:

Xurxo Romaní e Koichi Tanehashi: Ua donzela coitado; D’escarnho e maldizer; 2009; Pista 10

miércoles, 30 de octubre de 2024

El sueño, la locura, el borracho...

                                        I

Porque si el pájaro
no se escondió en la biblioteca ni en el follaje barroco del retablo,
si huyó del pan, del vino… y del binomio, de las manos
de los arzobispos y los sabios,
si no está en la retorta ni en el vaso sagrado…
tendremos que buscarlo
en el ritmo pendular de la locura, del sueño, del borracho…
el borracho también es un lagarto.
El sueño es un animal fronterizo como los lagartos…
El sueño es un lagarto.
Vive en la frontera de dos grandes peñascos,
no tiene raíces, va de un lado a otro lado,
de la luz a la sombra, de la sombra a la luz… de un peñasco a otro peñasco.
Se agarra del péndulo que oscila entre los mundos que separan la rendija entreabierta de mis párpados
y se mete en el cubo del pozo que tan pronto está arriba como abajo.
En el crepúsculo del sueño nada está firme ni clavado…
y el lagarto
vive fuera del tiempo y del espacio.

Pero el sueño no es un enemigo del hombre como el zorro, es enemigo de la tachuela y del cálculo;
de las duchas heladas y del puñal del amoníaco.
Existen la razón y la aritmética dominando
y el sueño y la locura aherrojados…
La locura también es un lagarto.
Porque el lagarto va y viene también del yelmo a la bacía y de la bacía al yelmo. Y el juez, el cura, Don Fernando,
el burlón, el prestidigitador y el catedrático
ya no sabe ninguno qué es lo que tiene en la cabeza aquel hidalgo.
¿Quién ha gritado baci-yelmo, Sancho?
Baci-yelmo también, es un lagarto.

Preguntad otra vez: ¿Y si estuviésemos ya locos? ¿O si siguiésemos soñando?
¿Si no hubiésemos dejado
de soñar, Segismundo, y el destierro ahora aquí y España allá, en el otro lado
fuesen el juego viejo y nuevo de un dios, no de un rey bárbaro,
el sueño eterno y español de la «caverna y el palacio»?

                    «Yo sueño que estoy aquí,
                    de estas prisiones cargado»…

Si no hubiésemos dejado
de soñar, Segismundo, y alguien después de ti hubiese definitivamente dado
el grito subversivo de ¡Arriba, arriba los lagartos!
Si tú y yo, el místico, el biólogo, el psicólogo y el matemático
ya hubiésemos sacado nuestra espada para defender a los lagartos.
Porque si el pájaro
no se escondió en la biblioteca ni en el follaje barroco del retablo,
si huyó del pan, del vino y del binomio… de las manos
de los arzobispos y los sabios,
si no está en la retorta ni en el vaso sagrado
tendremos que buscarlo
en el ritmo pendular de la locura, del sueño o del borracho…
El borracho también es un lagarto.
Porque tal vez el hombre no sea un animal domesticado que cuenta, que gobierna y que razona sino algo que sueña, que enloquece y que vacila, algo…

                    «¿No pusiste allí un candil?
                    ¿Cómo me parecen dos?»

¿Aquello es un peñasco o dos peñascos?
¿Y si la luz fuese la sombra, la gracia del pecado,
la oración la blasfemia, el cielo el infierno y el otro guijarro?
¿Si el verso, poetas cortesanos,
si el verso no fuese de cristal sino de barro?

¿Si hacia la derecha y hacia la izquierda fuesen solo una vana y estéril disputa de las manos?
¿Si no hubiese boca arriba y boca abajo
y no supiésemos tampoco quien es el que duerme al revés, la lechuza o el murciélago?
¿Si de tanto dar vueltas, de tanto columpiarnos,
de tanto ir y venir del caño al coro y del coro al caño
nos trabucásemos diciendo ¡coño!, pero si no sabemos dónde estamos?
Y ésta es la hora blasfematoria y negra en el reino crepuscular de los lagartos,
la hora en que se apagan las antorchas, las linternas, los faroles urbanos y los faros;
la hora en que se escapan las estrellas por el turbio pantano de los sapos;
la hora en que los letreros de las callejuelas y de las grandes avenidas se desploman, y se desploman los borrachos;
la hora en que nos llevan a la iglesia como a una casa de socorro…
la hora de la camilla, del hisopo y del puñal del amoníaco…
la hora en que nos vuelven a la vida, a la vida otra vez: a la razón y al llanto.
¿Y si la muerte fuese la vida y la vida la muerte, y yo aquí ahora, espatarrado
entre los dos peñascos
no pudiese decir en qué sitio se apoyan mis zapatos?

León Felipe: IV. Los lagartos. Ganarás la luz (1920)

Versións:

León Felipe: Preceptiva poética*; León Felipe por él mismo. Antología poética. Voz Viva de México; VV.7; UNAM-17/18; 1960; Cara A, Corte 1




León Felipe: Preceptiva poética*; León Felipe por él mismo. Antología poética; AMB Discográfica; 1967; Cara A, Corte 1

(Reedición da versión do disco León Felipe por él mismo. Antología poética, do ano 1960.)


León Felipe: Preceptiva poética*; León Felipe y sus intérpretes, Vol.2; 1977; Lado B, Corte 2

(Reedición da versión do disco León Felipe por él mismo. Antología poética, do ano 1960.)


León Felipe: Preceptiva poética*; Voz Viva de México; VV.7; UNAM; 1986; Lado A, Corte 1

(Reedición da versión do disco León Felipe por él mismo. Antología poética, do ano 1960.)


León Felipe: Preceptiva poética*; Antología personal; Colección Visor de Poesía; Libro-CD; 1996; Pista 1

(Reedición da versión do disco León Felipe por él mismo. Antología poética, do ano 1960.)



*[O recitativo deste poema, na voz de León Felipe, está precedido polos poemas Poesía…, Deshaced ese verso e Más bajo, poetas, más bajo..., da obra de León Felipe: Versos y oraciones de caminante, do ano 1920; e seguido do recitativo do poema Poeta, da obra de León Felipe: Versos y oraciones de caminante, do ano 1930.]

sábado, 26 de octubre de 2024

U. S. A. Company

      Capital: 1.000. 000. 000. 000. 000. 000. 000. 000. 000. 000 de DÓLARES
      —¿Quiere Ud., quiere Ud. TRASATLÁNTICOS, MOMIAS, FETOS, hombres, MOMIAS, FETOS, hombres, dinamos, ferrocarriles-tractores, camiones, motores, rameras, gusanos, automóviles, yodosalina, catedráticos, vacas Holstein o Durham, sabiduría en inyecciones hipodérmicas, honradez á la cocotte, arte puro, arte embotellado por nosotros en las botellas mahometanas del tipo Alah, presidentes especiales, especiales, especiales para SURAMÉRICA, o cualquiera otra máquina, animal, manufactura, cosa por el estilo?...
      Escriba a: U. S. A. Company, U. S. A., pidiendo catálogos, PIDIENDO CATÁLOGOS, PIDIENDO CATÁLOGOS.

Pablo de Rokha: Los gemidos (1922)

Versións:

Ocho Bolas: USA Company; Genio y figura; 2003; Pista 11

lunes, 21 de octubre de 2024

Despegados los ojos

Despegados los ojos
despegados de vos
qué desvarío
qué guerra sin cuartel
qué violencia
qué digo no violencia
barajo de nuevo el estandarte
y esta flor en el pecho
y esta mancha de sangre
en mano izquierda
y estos mundo de amor
naipes del miedo
alucinantes símbolos precisos
qué son en esta hora
qué preguntan qué piden qué sacuden
qué te exigen sino la mano
para tornarte el pulso
para que te tomes el pulso
para que empecemos a tomarnos
el pulso.

Nancy Bacelo: Pasaje de la razón al sueño. Las pruebas de la suerte (1969)

Versións:

Nancy Bacelo: Las pruebas de la suerte*; Cantares y otros poemas; 1978; Cara B, Corte 1



*[O recitativo deste poema, na voz de Nancy Bacelo, está precedido polo poema Las pruebas de la suerte, da obra de Nancy Bacelo: Las pruebas de la suerte (1969), e seguido polo recitativo dos poemas Ahora que suena, Sabés qué miedo e Cuando jurada y hecha la misma, todos eles da obra de Nancy Bacelo: Las pruebas de la suerte (1969).]

miércoles, 16 de octubre de 2024

Tus ojos se me van

Tus ojos se me van
de mis ojos y vuelven
después de recorrer
un páramo de ausentes.


Tu boca se me marcha
de mi boca y regresa
con varios besos muertos
que aún baten, que aún quisieran.

Tus brazos se desploman
en mis brazos y ascienden
retrocediendo ante esa
desolación que sientes.

Otoño de tu cuerpo,
aún mi calor lo vence.

Miguel Hernández: Cancionero y romancero de ausencias (1938-1941) (1958)

Versións:

Paco Damas e Luis Eduardo Aute: Tus ojos se me van; Tristes guerras; 2009; Pista 3

sábado, 12 de octubre de 2024

Deshaced ese verso

            XII

Deshaced ese verso.
Quitadle los caireles de la rima,
el metro, la cadencia
y hasta la idea misma…
Aventad las palabras…
y si después queda algo todavía,
eso
será la poesía.


¿Qué
importa
que la estrella
esté remota
y deshecha
la rosa?...
Aún tendremos
el brillo y el aroma.

León Felipe: Prologuillos. Versos y oraciones de caminante (1920)

Versións:

León Felipe: Preceptiva poética*; León Felipe por él mismo. Antología poética. Voz Viva de México; VV.7; UNAM-17/18; 1960; Cara A, Corte 1




León Felipe: Preceptiva poética*; León Felipe por él mismo. Antología poética; AMB Discográfica; 1967; Cara A, Corte 1

(Reedición da versión do disco León Felipe por él mismo. Antología poética. Voz Viva de México, do ano 1960.)


León Felipe: Preceptiva poética*; León Felipe y sus intérpretes, Vol.2; 1977; Lado B, Corte 2

(Reedición da versión do disco León Felipe por él mismo. Antología poética. Voz Viva de México, do ano 1960.)


León Felipe: Preceptiva poética*; Voz Viva de México; VV.7; UNAM; 1986; Lado A, Corte 1

(Reedición da versión do disco León Felipe por él mismo. Antología poética. Voz Viva de México, do ano 1960.)


León Felipe: Preceptiva poética*; Antología personal; Colección Visor de Poesía; Libro-CD; 1996; Pista 1

(Remasterización da versión do disco León Felipe por él mismo. Antología poética. Voz Viva de México, do ano 1960.)


*[O recitativo deste poema, na voz de León Felipe, está precedido polo poema Poesía…, da obra de León Felipe: Versos y oraciones de caminante, do ano 1920; e seguido do recitativo dos poemas: Más bajo, poetas, más bajo..., da obra de León Felipe: Versos y oraciones de caminante, do ano 1920; de dous versos do poema El sueño, la locura, el borracho…, da obra de León Felipe: Ganarás la luz, do ano 1943; e do poema Poeta, da obra de León Felipe: Versos y oraciones de caminante, do ano 1930.]

miércoles, 9 de octubre de 2024

Turiguanó

Isla de Turiguanó,
te quiero comprar entera
y sepultarte en mi voz.
Oh luz de estrella marina,
isla de Turiguanó.
—¡Sí, señor,
cómo no!

Isla de Turiguanó,
sin piratas quiero verte,
largo a largo bajo el sol,
suelta en tu coral redondo,
isla de Turiguanó.
—¡Sí, señor,
cómo no!

Hojas de plátano lento,
isla de Turiguanó,
despiertas cuando tú duermas
quiero en tu fiel abanico,
isla de Turiguanó.
—¡Sí, señor,
cómo no!

¡Vámonos al Mar Caribe,
isla de Turiguanó,
en un velero velero,
sobre las aguas en vela
isla de Turiguanó!
—¡Sí, señor,
cómo no!

¡Ay, Turiguanó soñado
clavada frente a Morón:
cielo roto, viento blando,
ay, Turiguanó llorando,
ay, Turiguanó!

Nicolás Guillén: El son entero (1947)

Versións:

Beatriz Márquez: Turiguanó; Palma sola; 2017; Pista 5

sábado, 5 de octubre de 2024

Cuando jurada y hecha la misma

Cuando jurada y hecha la misma
secreta y poderosa y continuada noche del amor
sobre el tapete en luces transparentes
dibujados los rostros de los que fuimos víctimas o héroes
de los que aprendimos a doblar en lo oscuro
los plieguecitos con que el fuego alimenta
a los que ponen a prueba del calor algo más
que el cuerpo
es decir cuando
a los recuerdos del amor suceden como los poros
uno tras del otro los recuerdos
cuando sabemos sin rodeos que las pasiones fueron
caprichosas verdades del destino
y que sólo es posible en la espesura de la noche
repetirse lo que faltó o pudo suceder para salvarlas
si es que ahora tu cara de este siglo
la nueva cara del amor aparecida
no será todas las caras asumiendo la única
posible cara cierta
sino será llamado a engaño el corazón
por mí por vos por los que amé y me amaron
porque de pronto miro barajar estas cartas
y desde ese caballo el REY me guiña un ojo
y se presenta socavando del fondo de los tiempos
hasta que en boca sale la figura de fuego y me sonríe
y no sé si es tu rostro manejado devuelto rostro siempre
el que da vueltas
barajándome
en la última carta del destino.

Nancy Bacelo: Las pruebas de la suerte (1969)

Versións:

Nancy Bacelo: Las pruebas de la suerte*; Cantares y otros poemas; 1978; Cara B, Corte 1



*[O recitativo deste poema, na voz de Nancy Bacelo, está precedido polo recitativo dos poemas Las pruebas de la suerte, Despegados los ojos, Ahora que suena e Sabés qué miedo, da obra de Nancy Bacelo: Las pruebas de la suerte (1969).]

lunes, 30 de septiembre de 2024

Tú, cuya mano

         Tú, cuya mano me ha bañado
      de un fuego transparente las espaldas,
   cuyos ojos en claros naufragios hundieron
algunos principios elementales de mi alma,
                                        tú eres mi patria.

         Tú, que no tienes ni apellido,
      que no sé si eres pájaro o alcándara,
   que de todos tus brazos las letras de plomo
cayéndose han ido, como si fueran nueces vanas,
                                        tú eres mis padres
                                           y mi patria.

         Tú, que ni tú te acuerdas dónde
      tendiste a orear las nubes blancas,
   que de tantos amores que tienes confundes
el nombre de todos los días de cada semana,
                                        tú eres mi Dios
                                           y mis padres
                                           y mi patria.

         Tú, que tan dulcemente besas
      que el cielo bocabajo se volcaba,
   y que no se sabía de quién ya la lengua,
de quién la saliva, de puro sabrosa y templada,
                                        tú eres mis leyes
                                           y mi Dios
                                           y mis padres
                                           y mi patria.

         Tú, que apacientas calaveras
      por las praderas de la verde África
   y a los rojos leones les echas de pasto
las rosas de leche de luna de Nuruquimagua,
                                        tú eres mi ejercito
                                           y mis leyes
                                           y mi Dios
                                           y mis padres
                                           y mi patria.

         Eres mi ejército y mis leyes
      y mi Dios y mis padres y mi patria,
   y el ejército y Dios y las leyes y todas
las patrias y padres se creen que tú no eres nada:
                                        que no eres nada.

Agustín García Calvo: Canciones y soliloquios (1976)

Versións:

Chicho Sánchez Ferlosio, Amancio Prada e Agustín García Calvo: Tú, cuya mano; Concierto Canciones y soliloquios.. Teatro Español de Madrid; Noviembre de 1982; Corte 8




Amancio Prada e Chicho Sánchez Ferlosio: Tú, cuya mano; Escrito está; 2001; Pista 13




Mariano Marín, Ángel Ruiz e Rosa Jiménez: Tú, cuya mano; Homenaje a Chicho Sánchez Ferlosio. Café Manuela. Madrid; 2003; Corte 15




Amancio Prada e Chicho Sánchez Ferlosio: Tú, cuya mano; Hasta otro día Chicho Sánchez Ferlosio; 2005; Pista 14

(Reedición da versión do disco Escrito está, do ano 2001.)


Amancio Prada: Tú, cuya mano; Concierto: El cantar tiene sentido*; 2007;




Amancio Prada: Tu, cuya mano; Zamora**; 2007; Pista 14




Ciento Volando: Tú, cuya mano; Ciento Volando (II)***; 2011;




Amancio Prada e Chicho Sánchez Ferlosio: Tu, cuya mano; Canciones de Agustín García Calvo. Libre te quiero; 2013; Pista 15

(Reedición da versión do disco Escrito está, do ano 2001.)


Chicho Sánchez Ferlosio: Tú, cuya mano me ha bañado; Yo no vivo por vivir****; 2019; Cara A, Corte 3




Chicho Sánchez Ferlosio e Rosa Jiménez: Tú, cuya mano; La última noche en el Círculo de Bellas Artes*****; 2022; Cara B, Corte 3



*[Conciero celebrado no Claustro de San Benito de Valladolid o 5 de Xullo de 2007.]
**[Concerto conmemorativo do IVº Centenario do Teatro Principal de Zamora. 7 de Octubre de 2006. Zamora.]
***[Inédito. Recollido na carátula dunha cassette fotografada no muro de Facebook do grupo. Carátula non orixinal obtida da mesma fonte.]
****[Disco inédito grabado a finales de los 60 en la Academia Elba que regentaba el poeta Agustín García Calvo en el segundo piso, del número 4, de la calle Desengaño, de Madrid, tras ser apartado de su cátedra en la Universidad Complutense, por el régimen franquista. Edición de 500 copias numeradas, acompañadas por un díptico con textos de Sabela García Ballesteros (hija de Agustín García Calvo) y de Máximo Pradera, y dos postales. Digitalizado y remasterizado por Madmua Records.]
*****[Grabado na Sala de Columnas do Círculo de Bellas Artes de Madrid, no ano 1998. Editado por Madmua Records.]

viernes, 27 de septiembre de 2024

Ahora que suena

Ahora que suena
que suena el tango
ahora que me acuerdo
de cómo nos quisimos
y que extraño tu boca
que besa como nadie
me ha besado
ahora que en la mano
el gusto de tu piel
se me incorpora
cómo querés amor
cómo querés que no me acuerde
de la noche maldita
y pueda callar este dolor
decirte que no importa
que paciencia tal vez
y perdoname
cómo querés
si duele.

Nancy Bacelo: Pruebas con tango. Las pruebas de la suerte (1969)

Versións:

Nancy Bacelo: Las pruebas de la suerte*; Cantares y otros poemas; 1978; Cara B, Corte 1



*[O recitativo deste poema, na voz de Nancy Bacelo, está precedido polo recitativo dos poemas Las pruebas de la suerte e Despegados los ojos, da obra de Nancy Bacelo: Las pruebas de la suerte (1969), e seguido polo recitativo dos poemas Sabés qué miedo e Cuando jurada y hecha la misma, todos eles da obra de Nancy Bacelo: Las pruebas de la suerte (1969).]

martes, 24 de septiembre de 2024

Tu soledad de ahora

Tu soledad de ahora allí en tu altura
no está sola, rebosa de habitantes,
de cosas y de seres nunca vistos
que fechas cada día,
dándoles así una edad para el futuro.
Tú solo
eres todo un país superpoblado.

Rafael Alberti: Los 8 nombres de Picasso (1970)

Versións:

Aguaviva: Tu soledad de ahora; Con, de, en, tras Pablo Picasso; 1974; Lado B, Corte 2

martes, 17 de septiembre de 2024

Caridá

A Eusebia Cosme

«Guasa, Columbia, a conconcó mabó».

La garganta de aguardiente raja en el eco rojizo,
y en la fuga galopante del bongó
hay desorden de sonidos desertores del embriago
y rugiente tableteo del rabioso pacatá.
¿Por qué no viene a la bacha la hija de Yemayá,
la pulposa,
la sabrosa,
la rumbosa y majadera Caridá?

La mulata que maltrata la chancleta chancharosa,
en el roce voluptuoso,
en el paso pesaroso
de su grupa mordisqueante y temblorosa,
tentadora del amor.

La epilepsia rimbombante que revuelve sus entrañas,
el sopor electrizante que le endulza la emoción,
resquebraja su cintura
y la exprime con locura
en la etiópica dulzura del sabroso guaguancó,
que es embrujo en el reflujo de la sangre azucarada
y es espasmo en el marasmo del trepidante bongó.

«Guasa, Columbia, a conconcó mabó».

¿Por qué no viene a la bacha la rumbera Caridá?,
si su risa guarachera de mulata sandunguera,
cuando la rumba delira,
llama, rabia, grita y gira,
percutiendo poderosa sobre el parche del bongó.
En dulce sopor que embriaga de la maga del embó
—este diablo de mulata— resquebraja la cintura
y la exprime con locura en la dulzura del sabroso guaguancó.

«Guasa, Columbia, a conconcó mabó».

¿Por qué no viene a la bacha la hija de Yemayá,
la pulposa,
la sabrosa,
la rumbera, majadera y chancletera Caridá?

Marcelino Arozamena: Canción negra sin color (1966)

Versións:

Luis Carbonell: Caridá; En la poesía afro-americana; 1956; Cara A, Corte 4

domingo, 8 de septiembre de 2024

Tu risa

Quítame el pan, si quieres,
quítame el aire, pero
no me quites tu risa.

No me quites la rosa,
la lanza que desgranas,
el agua que de pronto
estalla en tu alegría,
la repentina ola
de plata que te nace.

Mi lucha es dura y vuelvo
con los ojos cansados
a veces de haber visto
la tierra que no cambia,
pero al entrar tu risa
sube al cielo buscándome
y abre para mí todas
las puertas de la vida.

Amor mío, en la hora
más oscura
desgrana
tu risa, y si de pronto
ves que mi sangre mancha
las piedras de la calle,
ríe, porque tu risa
será para mis manos
como una espada fresca.

Junto al mar en otoño,
tu risa debe alzar
su cascada de espuma,
y en primavera, amor,
quiero tu risa como
la flor que yo esperaba,
la flor azul, la rosa
de mi patria sonora.

Ríete de la noche,
del día, de la luna,
ríete de las calles
torcidas de la isla,
ríete de este torpe
muchacho que te quiere,
pero cuando yo abro
los ojos y los cierro,
cuando mis pasos van,
cuando vuelven mis pasos,
niégame el pan, el aire,
la luz, la primavera,
pero tu risa nunca
porque me moriría.

Pablo Neruda: Los versos del capitán (1952)

Versións:

Roberto Vicario: No me niegues tu risa; Dice a Pablo Neruda y Paul Geraldy; 1971; Cara A, Corte 5




Olga Manzano e Manuel Picón: Tu risa; Los versos del capitán; 1979; Cara A, Corte 1




José Manuel Soto: Tu risa; Como una luz; 1989, Cara A, Corte 5




Jaime Sabines: Tu risa; Neruda por Sabines; Col. Entre Voces, FCE; 1998; Pista 16




Olga Manzano e Manuel Picón: Tu risa; 18 Grandes éxitos; 2003; Pista 1

(Remasterización da versión do disco Los versos del capitán, do ano 1979.)