jueves, 26 de diciembre de 2013

El vuelo

El alto vuelo sigo con mis manos
honor del cielo,
el pájaro atraviesa la transparencia
sin manchar el día.
Cruza al oeste palpitando
y sube por cada grada
hasta el desnudo azul.

Todo el cielo es su torre
y limpia el mundo con su movimiento.
Aunque el ave violenta
busque sangre en la rosa del espacio,
aquí está su estructura.

Flecha y flor es el pájaro en su vuelo
y en la luz se reúnen
sus alas con el aire y la pureza.
O plumas destinadas
no al árbol, ni a la hierba, ni al combate,
ni a la atroz superficie, ni al taller sudoroso,
sino a la dirección y a la conquista
de un fruto transparente.

El baile de la altura con los trajes nevados
de la gaviota, del petrel, celebro
como si yo estuviera
perpetuamente entre los invitados,
tomo parte en la velocidad y en el reposo
en la pausa y la prisa de la nieve
y lo que vuela en mí se manifiesta
en la ecuación errante de sus alas.

O viento junto al férreo vuelo
del cóndor negro por la bruma.
Silbante viento que traspuso el héroe
y su degolladora cimitarra.
Tú guardas el contacto del duro vuelo
como una armadura
y en cielo repite su amenaza
hasta que todo vuelve a ser azul.

Vuelo de la saeta
que es la misión de cada golondrina,
vuelo del ruiseñor con su sonata
y de la cacatúa y su atavío.
Vuelan en un cristal los colibríes
conmoviendo esmeraldas encendidas
y la perdiz sacude el alma verde
de la menta, volando en el rocío.

Yo que aprendí a volar con cada vuelo
de profesores puros,
en el bosque, en el mar, en las quebradas,
de espaldas en la arena o en los sueños,
me quedé aquí amarrado en las raíces,
a la madre magnética, a la tierra,
mintiéndome a mí mismo
y volando sólo dentro de mí,
solo y a oscuras.

Muere la planta y otra vez en tierra,
vuelven los pies del hombre al territorio.
Sólo las alas huyen de la muerte.
El mundo es una esfera de cristal,
el hombre anda perdido si no vuela,
no puede comprender la transparencia.

Por eso yo profeso
la claridad que nunca se detuvo
y aprendí de las aves
la sedienta esperanza,
la certidumbre y la verdad del vuelo.

Pablo Neruda: Arte de pájaros (1966)

Versións:
Pablo Neruda: El vuelo; Arte de Pájaros (Ángel Parra); 1966; Pista 1

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