miércoles, 1 de abril de 2020

Pequeña inocencia

Porque de los labios sedientos del ciego
vislumbra latente la aurora del día.
Porque de mis ojos, cortina de nubes,
se quiebra la vida de alguna caricia.

Por el eco ardiente que aún zumba en mi oído.
te tengo guardada pequeña sonrisa

Porque de los hombros burlones del hierro
muere este fantasma negro de miseria
porque de las venas hastiadas de sangre
se remontan puños de rabia y conciencia

Por los pies heridos de mis compañeros
te tengo guardada pequeña inocencia.

Marta Oliveri: La primera fuente (1976)

Versións:
César Isella: Pequeña inocencia; Frágil amanecer; 1984; Lado 1, Corte 2

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