domingo, 14 de enero de 2024

Dame tu hora perdida

De tu existencia múltiple dame la hora perdida,
cuando vacío de todo, no sientas ni la vida.

Cuando te encuentres solo, tan lejos de ti mismo
que te pese la mera conciencia del mutismo.


Cuando sientas tan fuerte desprecio por lo humano
que hasta de ti te rías, cual de cualquier gusano.

Cuando estés tan distante del farsante murmullo
que deshagas la fórmula de tu arrogante orgullo.

Entonces, ya vacío de todo, con tu nada
acércate a mi senda y espera mi llegada.

Yo te daré la nota más cierta de mi vida.
Tú me darás la nada de tu hora perdida.

Yo te daré inquietudes, sentidas emociones
que turben tu vacío y broten en canciones.

Tú me darás la nada de la inmortal mentira
de eternizar las cosas en su inmortal mentira.

Yo te daré verdades de todo lo tangible
para pesar la nada de tu vida insensible.

Y así, tú te darás en mí como si fuera
mi vida un aletazo de la ida primavera.

Que nunca ha sido, y siempre se extiende en nuestras almas
como verdad de nada, igual que las no almas.

Y yo me daré en ti como futuro incierto
de tiempos que no han sido, y canción que no ha muerto.

Y alzaremos en ritmo vibrante y alocado
la sublime mentira de habernos encontrado.

Yo, en la nada insensible de tu hora perdida,

y tú, en la también nada de mi frívola vida.

Julia de Burgos: Poema en veinte surcos (1938)

Versións:

La discreta academia: Dame tu hora perdida; A Julia sin lágrimas; 2009; Pista 5

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