La veleta, la cigarra.
Pero el molino, la hormiga.
Muele pan, molino, muele.
Trenza, veleta, poesía.
Lo que Marta laboraba
se lo soñaba María.
Dios, no es verdad, Dios no supo
cuál de las dos prefería.
Porque Él era sólo el viento
que mueve y pasa y no mira.
Dámaso Alonso: El viento y el verso* (1925)
Versións:
Inés Fonseca: Ejemplos; Generación del 27; 2007; Pista 3
*[Publicada orixinalmente na revista Sí. Boletín Bello Español del andaluz universal; I; Madrid; Julio de 1925.]
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