martes, 2 de enero de 2018

Odio el mar

Odio el mar, sólo hermoso cuando gime
Del barco domador bajo la hendente
Quilla, y como fantástico demonio,
De un manto negro colosal tapado,
Encórvase a los vientos de la noche
Ante el sublime vencedor que pasa: —
Y a la luz de los astros, encerrada
En globos de cristales, sobre el puente
Vuelve un hombre impasible la hoja a un libro.—

Odio el mar: vasto y llano, igual y frío
No cual la selva hojosa echa sus ramas
Como sus brazos, a apretar al triste
Que herido viene de los hombres duros
Y del bien de la vida desconfía;
No cual honrado luchador, en suelo
Firme y pecho seguro, al hombre aguarda
Sino en traidora arena y movediza,
Cual serpiente letal.— También los mares,
El sol también, también Naturaleza
Para mover al hombre a las virtudes,
Franca ha de ser, y ha de vivir honrada.
Sin palmeras, sin flores, me parece
Siempre una tenebrosa alma desierta.

Que yo voy muerto, es claro: a nadie importa
Y ni siquiera a mí: pero por bella,
Ígnea, varia, inmortal, amo la vida.

Lo que me duele no es vivir: me duele 
Vivir sin hacer bien. Mis penas amo, 
Mis penas, mis escudos de nobleza. 
No a la próvida vida haré culpable 
De mi propio infortunio, ni el ajeno 
Goce envenenaré con mis dolores. 
Buena es la tierra, la existencia es santa. 
Y en el mismo dolor, razones nuevas 
Se hallan para vivir, y goce sumo, 
Claro como una aurora y penetrante. 
Mueran de un tiempo y de una vez los necios 
Que porque el llanto de sus ojos surge 
Más grande y más hermoso que los mares. 
Odio el mar, muerto enorme, triste muerto 
De torpes y glotonas criaturas 
Odiosas habitado: se parecen 
A los ojos del pez que de harto expira 
Los del gañán de amor que en brazos tiembla 
De la horrible mujer libidinosa: —
Vilo, y lo dije: — algunos son cobardes, 
Y lo que ven y lo que sienten callan: 
Yo no: si hallo un infame al paso mío, 
Dígole en lengua clara: ahí va un infame, 
Y no, como hace el mar, escondo el pecho. 
Ni mi sagrado verso nimio guardo 
Para tejer rosarios a las damas 
Y máscaras de honor a los ladrones:
Odio el mar, que sin cólera soporta
Sobre su lomo complaciente, el buque
Que entre música y flor trae a un tirano.

José Martí: Versos libres (1878-1882) (1913)

Versións:
Sara González: Odio el mar; Versos José Martí cantados por Sara González; 1975; Pista 6

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