Lomas y laderas de viñas.
ESCENA I
VENDIMIADORAS y VENDIMIADORES, cuatro y cuatro, en la faena de recolección: ellos cortando racimos y ellas ordenándolos en canastas
VENDIMIADORES.— (cantando)
Si vas a la vendimia,
mi niña, sola
con la saya
de cualquier forma.
Y a pocos meses
te rondarán el talle
sandías verdes.
VENDIMIADORAS.—
De la vendimia vengo
sola, mi niño,
con la saya ordenada
y el talle fino.
De la vendimia
vuelve revuelto el talle
que se malicia.
VENDIMIADORES.—
A la vendimia, niñas
vendimiadoras.
A la vendimia, niña,
que ya es la hora.
¡Si vendimiara
el ramo de tu pecho
y el de tu cara!
VENDIMIADORAS.—
A la vendimia, niños
vendimiadores.
A la vendimia, niño,
van mis amores.
Mas con el cuido
de no perder las hojas
ni los racimos.
VENDIMIADORES.—
Enriquezco tu mano
cortando uvas
cubiertas por los soles
y por las lunas.
¡Ay si quisieras
que cortara tus besos
con mis tijeras!
VENDIMIADORAS.—
Cuando pisa racimos
tu abarca verde,
tu pie se vuelve sangre,
mi sangre nieve.
Pisa las uvas,
que como mis amores
ya son maduras.
(…)
Miguel Hernández: Acto IIº, Escena Iª. Los hijos de la piedra (1935)*
Versións:
Jarcha: Canción de los vendimiadores; El rayo que no cesa; 2011; Pista 2
Carmen Linares: Canción de los vendimiadores; Verso a verso; 2017; Pista 4
*[Publicada orixinalmente pola Editorial Quetzal de Buenos Aires o ano 1959.]
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