Si la luna fuera espejo,
qué bien que yo te vería.
Si la luna fuera espejo
—dámela,
—tómala
y ponla en el cielo ya—,
cuántos eclipses habría.
Por tu culpa los astrónomos,
todos se suicidarían.
Y tenerte a ti muy lejos
que poco me importaría
si la luna fuera espejo.
Gerardo Diego: Manual de espumas (1924)
Versións:
Vicente Monera: Si la luna fuera espejo; www.musicaypoemas.com; 2010;
jueves, 16 de septiembre de 2021
Quédate en la cama
V
Quédate en la cama,
lucero del alba,
que cuando tu sales
mi amante se embarca.
Si se te rompe un estrobo,
uno te haré con mi pelo,
que todo mi cuerpo es tuyo,
amante mío marinero.
Viento sudoeste,
salta pronto ya,
que la vela blanca
de mi marinero
lo traiga del mar.
Fernando Villalón: Gacelas marineras. Romances del 800 (1929)
Versións:
Calixto Sánchez: Déjame que me vaya (bulerías)*; Andando el camino; 2007; Pista 1
Quédate en la cama,
lucero del alba,
que cuando tu sales
mi amante se embarca.
Si se te rompe un estrobo,
uno te haré con mi pelo,
que todo mi cuerpo es tuyo,
amante mío marinero.
Viento sudoeste,
salta pronto ya,
que la vela blanca
de mi marinero
lo traiga del mar.
Fernando Villalón: Gacelas marineras. Romances del 800 (1929)
Versións:
Calixto Sánchez: Déjame que me vaya (bulerías)*; Andando el camino; 2007; Pista 1
*[A versión musical de Calixto Sánchez está precedida pola primeira estrofa do poema Alegrías, da obra de Manuel Machado: Cante hondo, do ano 1912; pola primeira estrofa do poema Torerillo en Triana, da obra de Gerardo Diego: La suerte o la muerte. Poema del toro (1926-1963), do ano 1963; polo poema Déjame que me vaya, da peza teatral de Miguel Hernández: Pastor de la muerte, do ano 1937; polo poema Llegó con tres heridas, da obra de Miguel Hernández: Cancionero y romancero de ausencias (1938-1941), do ano 1958; e polo poema Me puse en el puerto, da obra de Fernando Villalón: Romances del 800, do ano 1929.]
miércoles, 15 de septiembre de 2021
Guitarra
Cuando lomas y llanuras
duermen como en un letargo
porque viene al trote largo
la noche arreando negruras.
Cuando todo queda a oscuras
en la inmensidad campera
y se escucha lastimera
de algún chingolo la queja
sólo vos, guitarra vieja,
sos mi amante compañera.
Cuando te pulso en mis brazos
y tembloroso te estrecho,
siento aletear en mi pecho
todo el calor de mi abrazo.
Y mis manos que en el lazo
tienen pujanza de garra
y agitaron la moharra
cuando frente al enemigo,
quedan, cuando estás conmigo,
como una seda, guitarra.
Por eso cuando tu son
viene a golpear la memoria
y se oye tocando a gloria
el eco de una canción.
En la rueda del fogón
que nunca supo de intrigas
tu vibración se prodiga
entre un mate y otro mate
como un corazón que late
por impulsiones amigas.
Guitarra, cuando en el canto
para pulsarte me afilo
y aflora dulce un estilo
o un triste deja su llanto.
Cuando punteo el encanto
de una milonga de ayer
pienso que debes tener
entre tu caja cautiva
una calandria nativa
o un corazón de mujer.
Tabaré Regules: Mate amargo: versos criollos (1956)
Versións:
Amalia de la Vega: Guitarra; Mientras fui dichosa; 1976; Lado 2, Corte 2
duermen como en un letargo
porque viene al trote largo
la noche arreando negruras.
Cuando todo queda a oscuras
en la inmensidad campera
y se escucha lastimera
de algún chingolo la queja
sólo vos, guitarra vieja,
sos mi amante compañera.
Cuando te pulso en mis brazos
y tembloroso te estrecho,
siento aletear en mi pecho
todo el calor de mi abrazo.
Y mis manos que en el lazo
tienen pujanza de garra
y agitaron la moharra
cuando frente al enemigo,
quedan, cuando estás conmigo,
como una seda, guitarra.
Por eso cuando tu son
viene a golpear la memoria
y se oye tocando a gloria
el eco de una canción.
En la rueda del fogón
que nunca supo de intrigas
tu vibración se prodiga
entre un mate y otro mate
como un corazón que late
por impulsiones amigas.
Guitarra, cuando en el canto
para pulsarte me afilo
y aflora dulce un estilo
o un triste deja su llanto.
Cuando punteo el encanto
de una milonga de ayer
pienso que debes tener
entre tu caja cautiva
una calandria nativa
o un corazón de mujer.
Tabaré Regules: Mate amargo: versos criollos (1956)
Versións:
Amalia de la Vega: Guitarra; Mientras fui dichosa; 1976; Lado 2, Corte 2
jueves, 9 de septiembre de 2021
Si la flor a la flor entrega el alto germen
II
Si la flor a la flor entrega el alto germen
y la roca mantiene su flor diseminada
en su golpeado traje de diamante y arena,
el hombre arruga el pétalo de la luz que recoge
en los determinados manantiales marinos
y taladra el metal palpitante en sus manos.
Y pronto, entre la ropa y el humo, sobre la mesa hundida,
como una barajada cantidad, queda el alma:
cuarzo y desvelo, lágrimas en el océano
como estanques de frío: pero aún
mátala y agonízala con papel y con odio,
sumérgela en la alfombra cotidiana, desgárrala
entre las vestiduras hostiles del alambre.
No: por los corredores, aire, mar o caminos,
quien guarda sin puñal (como las encarnadas
amapolas) su sangre? La cólera ha extenuado
la triste mercancía del vendedor de seres,
y, mientras en la altura del ciruelo, el rocío
desde mil años deja su carta transparente
sobre la misma rama que lo espera, oh corazón, oh frente triturada
entre las cavidades del otoño:
Cuántas veces en las calles de invierno de una ciudad o en
un autobús o un barco en el crepúsculo, o en la soledad
más espesa, la de la noche de fiesta, bajo el sonido
de sombras y campanas, en la misma gruta del placer humano,
me quise detener a buscar la eterna veta insondable
que antes toqué en la piedra o en el relámpago que el beso desprendía.
(Lo que en el cereal como una historia amarilla
de pequeños pechos preñados va repitiendo un número
que sin cesar es ternura en las capas germinales,
y que, idéntica siempre, se desgrana en marfil
y lo que en el agua es patria transparente, campana
desde la nieve aislada hasta las olas sangrientas.)
No pude asir sino un racimo de rostros o de máscaras
precipitadas, como anillos de oro vacío,
como ropas dispersas hijas de un otoño rabioso
que hiciera temblar el miserable árbol de las razas asustadas.
No tuve sitio donde descansar la mano
y que, corriente como agua de manantial encadenado,
o firme como grumo de antracita o cristal,
hubiera devuelto el calor o el frío de mi mano extendida.
Qué era el hombre? En qué parte de su conversación abierta
entre los almacenes y los silbidos, en cuál de sus movimientos metálicos
vivía lo indestructible, lo imperecedero, la vida?
Pablo Neruda: II. Alturas de Macchu Picchu. Canto General (1950)
Versións:
Los Jaivas: La poderosa muerte*; Alturas de Macchu Picchu; 1981; Lado A, Corte 2
*[A versión musical do grupo Los Jaivas, continúa coa parte final do poema El ser como el maíz se desgranaba en el inacabable, as catro primeiras estrofas do poema Entonces en la escala de la tierra he subido, e remata coa estrofa final do poema Muertos de un solo abismo, sombras de una hondonada; todos eles pertencentes á composición Alturas de Macchu Picchu, da obra de Pablo Neruda: Canto General, do ano 1950.]
Si la flor a la flor entrega el alto germen
y la roca mantiene su flor diseminada
en su golpeado traje de diamante y arena,
el hombre arruga el pétalo de la luz que recoge
en los determinados manantiales marinos
y taladra el metal palpitante en sus manos.
Y pronto, entre la ropa y el humo, sobre la mesa hundida,
como una barajada cantidad, queda el alma:
cuarzo y desvelo, lágrimas en el océano
como estanques de frío: pero aún
mátala y agonízala con papel y con odio,
sumérgela en la alfombra cotidiana, desgárrala
entre las vestiduras hostiles del alambre.
No: por los corredores, aire, mar o caminos,
quien guarda sin puñal (como las encarnadas
amapolas) su sangre? La cólera ha extenuado
la triste mercancía del vendedor de seres,
y, mientras en la altura del ciruelo, el rocío
desde mil años deja su carta transparente
sobre la misma rama que lo espera, oh corazón, oh frente triturada
entre las cavidades del otoño:
Cuántas veces en las calles de invierno de una ciudad o en
un autobús o un barco en el crepúsculo, o en la soledad
más espesa, la de la noche de fiesta, bajo el sonido
de sombras y campanas, en la misma gruta del placer humano,
me quise detener a buscar la eterna veta insondable
que antes toqué en la piedra o en el relámpago que el beso desprendía.
(Lo que en el cereal como una historia amarilla
de pequeños pechos preñados va repitiendo un número
que sin cesar es ternura en las capas germinales,
y que, idéntica siempre, se desgrana en marfil
y lo que en el agua es patria transparente, campana
desde la nieve aislada hasta las olas sangrientas.)
No pude asir sino un racimo de rostros o de máscaras
precipitadas, como anillos de oro vacío,
como ropas dispersas hijas de un otoño rabioso
que hiciera temblar el miserable árbol de las razas asustadas.
No tuve sitio donde descansar la mano
y que, corriente como agua de manantial encadenado,
o firme como grumo de antracita o cristal,
hubiera devuelto el calor o el frío de mi mano extendida.
Qué era el hombre? En qué parte de su conversación abierta
entre los almacenes y los silbidos, en cuál de sus movimientos metálicos
vivía lo indestructible, lo imperecedero, la vida?
Pablo Neruda: II. Alturas de Macchu Picchu. Canto General (1950)
Versións:
Los Jaivas: La poderosa muerte*; Alturas de Macchu Picchu; 1981; Lado A, Corte 2
*[A versión musical do grupo Los Jaivas, continúa coa parte final do poema El ser como el maíz se desgranaba en el inacabable, as catro primeiras estrofas do poema Entonces en la escala de la tierra he subido, e remata coa estrofa final do poema Muertos de un solo abismo, sombras de una hondonada; todos eles pertencentes á composición Alturas de Macchu Picchu, da obra de Pablo Neruda: Canto General, do ano 1950.]
Me puse en el puerto
II
Me puse en el puerto
de Benaocaz,
los carabineros
me veían de lejos,
se volvían atrás…
¡Qué verdad verdadera
es que tengo impacientada
mi cuchara en la galera!...
Fernando Villalón: Gacelas contrabandistas. Romances del 800 (1929)
Versións:
Calixto Sánchez: Déjame que me vaya (bulerías)*; Andando el camino; 2007; Pista 1
Me puse en el puerto
de Benaocaz,
los carabineros
me veían de lejos,
se volvían atrás…
¡Qué verdad verdadera
es que tengo impacientada
mi cuchara en la galera!...
Fernando Villalón: Gacelas contrabandistas. Romances del 800 (1929)
Versións:
Calixto Sánchez: Déjame que me vaya (bulerías)*; Andando el camino; 2007; Pista 1
*[A versión musical de Calixto Sánchez está precedida pola primeira estrofa do poema Alegrías, da obra de Manuel Machado: Cante hondo, do ano 1912; pola primeira estrofa do poema Torerillo en Triana, da obra de Gerardo Diego: La suerte o la muerte. Poema del toro (1926-1963), do ano 1963; polo poema Déjame que me vaya, da peza teatral de Miguel Hernández: Pastor de la muerte, do ano 1937; e polo poema Llegó con tres heridas, da obra de Miguel Hernández: Cancionero y romancero de ausencias (1938-1941), do ano 1958; e seguida polo poema Quédate en la cama, da obra de Fernando Villalón: Romances del 800, do ano 1929.]
miércoles, 8 de septiembre de 2021
Enviarei-che esta canción
Enviarei-che esta canción
cando te esqueza.
Saberás entón que te amei.
Cando ja te non ame.
Mentres arda no lume teu,
terei-no oculto.
A chama brillará ante ti
cando ja non me queime.
Canción que ha confesar amor
que ja non arde.
Aguardarei pra cha ofrecer
a te ter esquecido.
E se morro sen cha enviar,
morrin querendo-te.
Nunca saberás que te amei
se non te esquezo nunca.
Ricardo Carballo Calero: Futuro condicional (1961-1980) (1982)
Versións:
José Carballido: Cando xa non te ame; Musicando Carvalho Calero (VVAA)*; 2020; Pista 42
Arteson: Nunca saberás que te amei; Musicando Carvalho Calero (VVAA)*; 2020; Pista 61
*[Concurso musical organizado pola AGAL (Associaçom Galega da Língua) en colaboración coa CRTVG e a Consellería de Cultura da Xunta de Galicia, para conmemorar o ano das Letras Galegas 2020, adicado a Ricardo Carballo Calero.]
cando te esqueza.
Saberás entón que te amei.
Cando ja te non ame.
Mentres arda no lume teu,
terei-no oculto.
A chama brillará ante ti
cando ja non me queime.
Canción que ha confesar amor
que ja non arde.
Aguardarei pra cha ofrecer
a te ter esquecido.
E se morro sen cha enviar,
morrin querendo-te.
Nunca saberás que te amei
se non te esquezo nunca.
Ricardo Carballo Calero: Futuro condicional (1961-1980) (1982)
Versións:
José Carballido: Cando xa non te ame; Musicando Carvalho Calero (VVAA)*; 2020; Pista 42
Arteson: Nunca saberás que te amei; Musicando Carvalho Calero (VVAA)*; 2020; Pista 61
*[Concurso musical organizado pola AGAL (Associaçom Galega da Língua) en colaboración coa CRTVG e a Consellería de Cultura da Xunta de Galicia, para conmemorar o ano das Letras Galegas 2020, adicado a Ricardo Carballo Calero.]
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