Cuando sepas que he muerto no pronuncies mi nombre
porque se detendría la muerte y el reposo.
Tu voz, que es la campana de los cinco sentidos,
sería el tenue faro buscado por mi niebla.
Cuando sepas que he muerto di sílabas extrañas.
Pronuncia flor, abeja, lágrima, pan, tormenta.
No dejes que tus labios hallen mis once letras.
Tengo sueño, he amado, he ganado el silencio.
No pronuncies mi nombre cuando sepas que he muerto
desde la oscura tierra vendría por tu voz.
No pronuncies mi nombre, no pronuncies mi nombre,
cuando sepas que he muerto no pronuncies mi nombre.
Roque Dalton: Taberna y otros lugares (1969)
Versións:
Eugenia León: Alta hora de la noche; Así te quiero; 1983; Cara B, Corte 5
Illapú: No pronuncies mi nombre; De libertad y amor; 1984; Cara B, Corte 3
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