miércoles, 29 de mayo de 2019

Hombres necios que acusáis

Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis.
           
   
Si con ansia sin igual
solicitáis su desdén,
¿por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal?
           
   
Combatís su resistencia
y luego con gravedad
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.
           
   
Parecer quiere el denuedo
de vuestro parecer loco
al niño que pone el coco
y luego le tiene miedo.
           
   
Queréis con presunción necia
hallar a la que buscáis,
para pretendida, Tais,
y en la posesión, Lucrecia.
           
   
¿Qué humor puede ser más raro
que el que, falto de consejo,
él mismo empaña el espejo
y siente que no esté claro?
           
   
Con el favor y el desdén
tenéis condición igual,
quejándoos, si os tratan mal,
burlándoos, si os quieren bien.
           
   
Opinión ninguna gana,
pues la que más se recata,
si no os admite, es ingrata,
y si os admite, es liviana.
           
   
Siempre tan necios andáis
que con desigual nivel
a una culpáis por cruel
y a otra por fácil culpáis.
           
   
¿Pues cómo ha de estar templada
la que vuestro amor pretende,
si la que es ingrata ofende
y la que es fácil enfada?
           
   
Mas entre el enfado y pena
que vuestro gusto refiere,
bien haya la que no os quiere
y queja enhorabuena.
           
   
Dan vuestras amantes penas
a sus libertades alas
y después de hacerlas malas
las queréis hallar muy buenas.
           
   
¿Cuál mayor culpa ha tenido
en una pasión errada:
la que cae de rogada
o el que ruega de caído?
           
   
¿O cuál es más de culpar,
aunque cualquiera mal haga:
la que peca por la paga
o el que paga por pecar?
           
   
¿Pues para qué os espantáis
de la culpa que tenéis?
Queredlas cual las hacéis
o hacedlas cual las buscáis.
           
   
Dejad de solicitar
y después con más razón
acusaréis la afición
de la que os fuere a rogar.
           
   
Bien con muchas armas fundo
que lidia vuestra arrogancia,
pues en promesa e instancia
juntáis diablo, carne y mundo.
           

Sor Juana Inés de la Cruz: Poemas* (1690)

Versións:

Manzanita: Hombres necios; En voz baja a las rosas; 1988; Cara 1, Corte 4




Manzanita: Hombres necios; En Aranjuez con tu amor; 1992; Cara A, Corte 3

(Reedición da versión do disco En voz baja a las rosas, do ano 1988.)


Marcela Morelo: Redondillas; La canción de las poetas (VVAA); 2023; Pista 1



*[Poemas de la única poetisa americana, musa décima, Sor Juana Inés de la Cruz, religiosa profesa en el Monasterio de San Gerónimo de la Imperial ciudad de México, que en varios metros, idiomas, y estilos, fertiliza varios asuntos: con elegantes, sutiles, claros, ingeniosos, útiles versos: para enseñanza, recreo, y admiración. Dedícalos a la Excelentísima Señora, Señora Doña María Luisa Gonçaga Manrique de Lara, Condesa de Paredes, Marquesa de La Laguna. Y los saca a la luz D. Juan Camacho Gayna, caballero del Orden de Santiago, Mayordomo, y caballerizo que fue de su Excelencia, Gobernador actual de la Ciudad del Puerto de Santa María. Segunda edición, corregida, y mejorada por su Autora. Con privilegio. En Madrid: por Juan García Infançón. Año de 1690.]

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